Subtitular y traducir cualquier tipo de producción audiovisual, como documentales, películas, cortometrajes, videos corporativos, series, implica tener competencias y conocimientos específicos que permitan hacer esta labor profesional.
Gracias a los servicios de subtitulación, podemos decir que los contenidos audiovisuales que consumimos son traducidos de manera invisible por lo general para reducir las brechas lingüísticas. Esto se percibe a diario cuando olvidamos que estos productos se han generado en otro idioma.
Pero, ¿qué es la subtitulación y la traducción audiovisual? Aquí te contamos todo sobre la subtitulación y sus secretos detrás de los productos audiovisuales que consumimos a diario.
¡Comencemos!
La traducción audiovisual o TAV puede entenderse como un tipo de mediación lingüística y cultural como lo son la traducción y la interpretación.
Sin embargo, la TAV se refiere a un conjunto de actividades de posedición interlingüística de productos audiovisuales que son accesibles a consumidores caracterizados por sus condiciones que impiden su acceso sin mediación.
La subtitulación es un tipo de traducción audiovisual que consiste en traducir y adaptar elementos verbales, ya sea de manera oral o escrita, que se emiten en formato de video o producto audiovisual.
Estos elementos se colocan de forma sincronizada en la parte inferior de la pantalla mientras el audio se exhibe en versión original. Esta información debe tener un tamaño y una fuente específicos y parámetros técnicos concretos que se indiquen en los protocolos de subtitulación. Por lo general, el texto en pantalla puede incluir diálogos, narración, canciones, on-screens, entre otros.
Para subtitular de manera apropiada, traducir bien no es suficiente. Hay que tener en cuenta diversos aspectos, como la ortotipografía, el formato, la extensión, la duración del subtítulo, la segmentación, la puntuación, la ortografía y la precisión de vocabulario.
Otros aspectos que hay que tomar en cuenta es la duración máxima en cada idioma, los caracteres por línea o la cantidad de líneas permitidas que varían según el cliente o proyecto.
La técnica del subtitulado se usa cuando la audiencia no comprende un vídeo que está en otro idioma, ya sea por desconocimiento de la lengua origen o por discapacidades auditivas. Por medio de este proceso de traducción, el contenido audiovisual puede llegar a conectar con una audiencia que, de otro modo, no tendría acceso.
El objetivo del subtitulado consiste en transmitir el mensaje de la forma más precisa posible, respetando las especificaciones del encargo, la guía de estilo y las dificultades técnicas asociadas a este tipo de servicio.
El subtitulado no solo pasa por el proceso de traducción sino también de adaptación, en el que los traductores especializados se encargan de ajustar los subtítulos a los tiempos y de incorporarlos correctamente en el vídeo.
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Para que sea una correcta subtitulación, se debe ajustar del 100 % al 95 % de subtítulos de manera exacta, tomando en cuenta los periodos de enunciación en la escena y los principios de los 6 y 1 segundo, pausado y las características de la acción en pantalla. Asimismo, se tiene que segmentar del 100 % al 95 % de los enunciados de manera adecuada.
Una adecuada subtitulación tiene que cumplir cabalmente con la normativa de los protocolos de subtitulación que forman parte del encargo. Solo se puede tener un producto de excelente calidad si se produce un texto meta de acuerdo a las especificaciones del translation brief.
Uno de los criterios de una buena subtitulación es la traducción concisa producto de la capacidad de síntesis del traductor. El material audiovisual debe reexpresar el sentido del texto fuente en sus distintos segmentos de manera correcta sin cometer errores de sobretraducción o subtraducción. De igual manera, es necesario que la traducción reproduzca todos los matices semióticos, pragmáticos y comunicativos del texto fuente, de acuerdo a la situación comunicativa del receptor y al género audiovisual del texto fuente.
Otro punto fundamental es que el producto audiovisual sea idiomático y bien reformulado. Para ello, el traductor debe tener la capacidad de identificar problemas de traducción y tomar decisiones traductoras apropiadas de acuerdo con la naturaleza de los enunciados del texto fuente. Cuando los diálogos se producen y transmiten de manera 100 % naturales en la lengua meta, el espectador olvidará de repente que es una subtitulación y disfrutará del material audiovisual de manera fluida y eficaz en su lengua materna.
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